lunes, 23 de junio de 2014

¿Por qué Acupuntura?



    ¿Por qué Medicina Tradicional China? ¿Por qué Acupuntura-moxibustión? ¿Es que no bastan los recursos que tenemos en Occidente para curarnos? Desde luego que no; cuando se trata de la salud, nada es suficiente. Desde siempre, la lucha del hombre contra las enfermedades ha sido una parte muy importante de esa otra lucha, más amplia, a favor de la salud, del bienestar y del progreso.

    La medicina tradicional puede seguir cumpliendo una función importante en la protección de la salud, no sólo en los países en vías de desarrollo, sino también en las sociedades avanzadas, ya que tiene un alto grado de eficacia en la cura de las enfermedades, respeta al hombre y le da un papel de protagonista en la lucha contra la enfermedad; sus métodos de actuación se inscriben entre los que tienen los cánones más respetuosos con la ecología, sus bajos costes hacen que sea un instrumento inapreciable para responder a las dificultades financieras que atraviesa el mundo de la sanidad en todos los países, incluso, y quizás sobre todo, en los más avanzados.

    La medicina moderna se ha difundido ya en todo el mundo, está muy organizada y es muy poderosa, pero paralelamente hay medicinas tradicionales cuyos orígenes son antiquísimos. Son fruto de milenios de experiencia acumulada y sedimentada, a menudo muy distintas unas de otras, tanto desde el punto de vista teórico como en sus formas de aplicación, que son muy dispares. Esta diversidad se debe al hecho de que han nacido en entornos geográficos distintos, con diferentes climas, en varios momentos históricos y en diferentes contextos culturales.

   Entre todas las medicinas tradicionales, la Medicina Tradicional China tiene una peculiaridad importante, es la única que, a lo largo de este último siglo, ha visto progresar sus principios con una sistematización constante y la codificación de su teoría, en la que se ha basado la práctica clínica durante milenios.

    La Medicina Tradicional China está muy alejada de la medicina moderna, no sólo porque el contexto en el que una y otra se han generado es distinto, sino principalmente por los supuestos teóricos en el que ambas se apoyan. La lógica de la medicina moderna conduce a dividir al hombre en sistemas, de forma que a un paciente que tenga un síndrome complejo se le somete a examen por parte de distintos especialistas, cada uno de los cuales se dedica a la parte que le compete.

   El pensamiento de la Medicina Tradicional China, en cambio, presta muchísima atención a las interrelaciones entre el hombre, el medio ambiente natural y su entorno social. Los cambios de los procesos naturales y la armonía entre el cuerpo y el espíritu se observan con una óptica dialéctica que subraya la unidad de los opuestos y actúa según procesos dinámicos que investigan la realidad de los síntomas y la transformación del estado de salud en enfermedad y viceversa.

    De hecho, basándose en el análisis dialéctico de la vida humana, las teorías de la Medicina Tradicional China hacen hincapié en las relaciones entre lo externo y lo interno, entre las estructuras particulares y el cuerpo humano en su globalidad, subrayando la transformación recíproca de la energía en materia, de las funciones y de las informaciones y colocando en un segundo plano los aspectos estructurales y morfológicos del organismo.

    La patogénesis no se limita a tomar en consideración los factores infecciosos, los traumas, la alimentación, sino que subraya también las influencias que ejerce el clima y aquéllas que tienen alguna correlación con el estado psíquico y mental del paciente. El diagnóstico es resultado del análisis combinado de los síntomas y de los signos de la enfermedad. Estos representan la exteriorización de los procesos patógenos, pero al mismo tiempo están ligados a fenómenos diatésicos típicos de cada constitución, por lo que pueden coexistir síntomas distintos en una misma enfermedad o síntomas iguales en enfermedades completamente distintas.

   La terapia, raras veces tiene como único objetivo el de eliminar los factores patógenos; principalmente tiende a corregir los desequilibrios funcionales y el resultado esperado consiste en reforzar la resistencia del cuerpo y en la subsiguiente eliminación de los factores patógenos.

   En pocas palabras, un síntoma teórico complejo y completo interpreta la enorme variedad de los fenómenos inherentes al ser vivo y permite poner en juego su riqueza, guiando así la práctica terapéutica.

   La acupuntura y la moxibustión son componentes de relieve en la Medicina Tradicional China, son procedimientos importantes que se utilizan para prevenir y tratar las enfermedades mediante la colocación de agujas o la aplicación de calor con lana de moxa encendida sobre determinados puntos del cuerpo. Son muy eficaces y sólo exigen un equipamiento reducido, han sido muy populares en China y en otros lugares a lo largo de milenios.

   Los comienzos y el desarrollo de la acupuntura y de la moxibustión han sufrido un proceso histórico muy largo. Son fruto de la experiencia acumulada de las masas trabajadoras chinas a lo largo de muchos siglos de lucha contra la enfermedad. Ya desde la Edad de Piedra la gente empleaba agujas realizadas en piedra para fines curativos. Dichas agujas se conocen con el nombre de bian y son instrumentos rudimentarios de la acupuntura. Cuando la sociedad humana entró en la Edad de Bronce y luego en la del Hierro, las agujas fabricadas con dichos metales sustituyeron a los bian de piedra. Con el desarrollo de la técnica productiva social, los instrumentos para pinchar se sometieron a constantes mejoras, sentando las bases para un mayor perfeccionamiento de la acupuntura. La moxibustión comienza tras la incorporación del fuego en la vida del hombre. Se presume que las poblaciones de la antigüedad, al calentarse junto al fuego, notarían de forma meramente accidental alivio, o la desaparición de determinados dolores o enfermedades, cuando determinadas zonas de la piel se sometían a la quemazón. Las hojas de moxa se eligieron más tarde como material de cauterización, ya que prendían con facilidad y producían un calor ligero y eficaz para la eliminación de obstrucciones en los canales y en los colaterales. Así empezó el arte de la moxibustión.

   La Acupuntura-moxibustión se nos presenta como un método terapéutico cada vez más importante; su mayor mérito es que se trata de una terapia no farmacológica y, por consiguiente, respeta la integridad del organismo, ya que no recurre a instrumentos artificiosos, como la introducción de sustancias extrañas. Se la puede considerar una terapia verdaderamente ecológica para la naturaleza del hombre.

ALFIO BANGRAZI
Presidente del Instituto Paracelso Roma (Italia)


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